jueves, 17 de septiembre de 2020

Luces frente a las sombras.

Los techos están para romperlos y empezar a dejar de ver sombras porque tras toda limitación hay claridades. Formar y transmitir conocimientos es como echar cuerdas a quienes andan atrapadas en la caverna y no vislumbran esas luces. Sin piedras, no hace falta usar la violencia, siempre los cantos han servido para atraer más la atención de las personas, eso no significa que solamente con detalles las transformaciones necesarias. El peso del patriarcado podría ser parecido al de nueve elefantes pero nosotras somos hormigas, capaces de tejer redes de trabajo que consiguen levantar 100 veces su tamaño, en esto estamos. 

lunes, 31 de agosto de 2020

Amelia Valcarcel

 Amelia Valcárcel y Bernaldo de Quirós (Madrid16 de noviembre de 1950) es una filósofa española. Durante tres décadas fue docente en la Universidad de Oviedo y actualmente es Catedrática de Filosofía Moral y Política de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Es Vicepresidenta del Real Patronato del Museo del Prado desde 2004 y miembro del Consejo de Estado desde 2006.


domingo, 19 de mayo de 2013

Mi pequeño placer : liberarme del tiempo y la humanidad


En eso consiste la felicidad, en conseguir captar de todo lo que acontece el  placer que emana.

Uno se da cuenta de este hecho cuando posee la capacidad aprendida o más bien cultivada a lo largo de los años de exprimir por completo cada una de las circunstancias que se le presentan en su vida.

Las personas estamos convencidos de que hay una clara distinción entre las cosas que nos hacen disfrutar y que por consiguiente nos aportan placer, y las cuestiones que por el contrario nos avocan al sufrimiento y por tanto nos provocan padecimiento. Yo después de dieciocho años de vida no tengo tan claro ese discernimiento. Al contrario, cada día que pasa tengo más claro que no podemos establecer un discernimiento entre ambos extremos. Esta clarividencia que exhibo no es muestra de enorgullecimiento; al revés, la exhibo para poderla compartir y de ese modo, aunque sea levemente, incidir sobre una sociedad asentada sobre unos criterios estandarizados que no cumplen otra función que la de dar sentido a una edificación construida sobre cimientos de cristal.

Tal vez sea el momento del cambio, un cambio que debe venir  definido por dos aspectos fundamentales:

1º Debemos concederle importancia a la hora de relacionarnos con la realidad a la información que posee la verdad, una información que percibimos de los sentidos en forma de sensaciones. Es el momento de darle supremacía al sentir por encima del pensar.

2º Cada uno de nosotros convivimos con un mundo cuyo fin es incorporarnos a un mercado laboral sin tener en cuenta nuestras propias deseos o sentimientos, algo que nos inculcan desde la educación, una educación donde prima el uso de la razón dejando sin escrúpulo alguno a las sensaciones, percepciones y sentimientos.

Necesitamos instaurar un nuevo modelo educativo cuyo fin se encuentre en cultivar desde pequeños la capacidad de disfrutar y sacar lo bello a todo lo que ocurra para de ese modo construir una felicidad a la que todos y no solo unos pocos elegidos puedan aspirar.

Tras una breve pero intensa reflexión acerca de que fallos yacen en las sociedades más bien de carácter occidental y donde predomina el capitalismo como sistema económico me lanzaré a describir un pequeño placer que me permitió alcanzar esa felicidad efímera que todos ansiamos instaurar en el seno de nuestra vida

Abril. Cuatro y media de la tarde, hora española. Puerto de Santa María (Cádiz). Sol radiante, ausencia nubosa y viento acariciador.

Me encuentro andando, sin compañía real a mi lado por la calle, mis pasos se dirigen en dirección sur. Me encaminó a una cita con el deporte que ha colmado mi vida, un deporte que me ha regalado instantes de felicidad, que me ha enseñado lo mucho que cuesta ganar pero que al mismo tiempo me ha mostrado la amarga cara de la derrota, sin hacerme olvidar que triunfa aquel que se levanta tras cada fracaso para seguir intentándolo.

Mi padre se había ofrecido a llevarme en coche hasta el lugar donde iba a jugar un partidillo con los colegas pero yo rechacé aquel ofrecimiento, prefería pasear y poder disfrutar de primera mano la excelentes condiciones climatológicas que ofrece el litoral mediterráneo (buenas temperaturas durante gran parte del año y escasas precipitaciones).  Si el reloj mental que la mayoría de los seres humanos poseemos no me fallaba quizás llevase entre ocho o diez minutos andando, tiempo suficiente para encontrarme a mitad del camino que debía recorrer. Cabe decir que ese mismo día era de esos donde uno irradia alegría y energía por los cinco sentidos e impregna a los demás de la misma, por lo que suelen sucederse acontecimientos cuyo contenidos son de índole predominantemente positiva.  Tal vez lo que me ocurrió vino a ser producto de todo esto que acabo de mencionar.

Sinceramente no recuerdo sobre qué pensaba en aquel momento, porque los pensamientos son algo que se esfuma con suma facilidad. Lo que sí sé,  es cual fue el desencadenante de lo que me ocurrió. Absorto en mis pensamientos, decidí de buena a primera volver a la realidad, fijarme en lo que pasaba a mi alrededor. Para mi asombro, cuando desperté del semitrance en el que había incurrido comencé a observar detalladamente todo lo que me rodeaba, a oír todo lo que sonaba, a oler todo lo olible… y sin creérmelo me di cuenta de que no había a mi alrededor nada que me hiciese indicar que en aquel momento existía vida humana. Escuchaba trinar a los pájaros, sentía la suave caricia del viento y el sol tostando lo que mi vestimenta no recubría de mi cuerpo, pero en ningún lado era capaz de percibir algún estímulo que me hiciese advertir que existía alguna criatura que compartiese mis rasgos, los rasgos de una persona.

Mi asombro se acrecentó cuando tras darme cuenta de estas circunstancias no experimenté ninguna sensación de carácter negativo, sino todo lo contrario, disfrutaba como muy pocas veces lo había hecho en mi vida de ese instante. Un instante bello marcado por la soledad, una soledad transformada en paz y armonía con el mundo y cuyo éxtasis fue el derramamiento de una lágrima por mi parte, una lágrima que estaba cargada de felicidad, una lágrima que venía a ser la significación en hechos físicos de  una realidad latente que en ese momento me  embargaba  y  me envolvía por completo. La sensación de eternidad y de parada del tiempo se había  apoderado de mí y deseaba con todas mis fuerzas que se acomodasen  por y para siempre. No extrañaba a nada ni a nadie, me sentía pleno conmigo mismo y con todo lo que en ese preciso instante me rodeaba, no necesitaba nada más para ser feliz. No sé mediante que mecanismos conseguí llegar a ese estado que se prolongó durante cerca de un interminable minuto, ni porque esto sucedió. Lo que si sé es que donde aparentemente no había nada yo encontré todo, y seguramente viví una de las experiencias más bonitas de mi aún corta vida, una experiencia que se me quedará grabada tal vez hasta que mi cuerpo diga basta, quizás porque fue la primera vez que la soledad me supo a belleza, la compañía me resultó innecesaria y el deseo de eternidad me aportó placer.

A lo mejor porque llegué a saber que es vivir sin preocuparse, creyendo que las cosas duran para siempre y los finales no llegan .

La felicidad plena me aprisionó cuando menos lo esperaba y dejó en mí mente un mensaje:

``De todo lo que acontece debes captar el placer que emana´´

A partir de ese momento me propuse como expongo al comienzo de este artículo a exprimir el jugo de todo aquello que me acaece con la finalidad de poder volver en algún momento de mi vida a aquella hermosa y añorada sensación que me abrió los ojos y me hizo ver lo PRECIOSO QUE PUEDE LLEGAR A SER VIVIR.

domingo, 3 de marzo de 2013

Experiencia filosófica


APOSTAR TODO AL AZAR

Si bien es cierto que elegí este experimento porque me pareció curiosa la experiencia que me ofrecía, he de decir que una vez lo he llevado a cabo la conclusión sacada de este y las múltiples relaciones que le he encontrando con otras muchas situaciones diferentes me ha asombrado. Para poner en práctica la experiencia me acogí a las recomendaciones expuestas por el autor en el libro; es decir, como instrumental para el experimento utilice una ruleta propia del bingo en la cual introduje todo el dinero que llevaba en ese momento encima para sentir de manera plena mi reacción ante lo que pasaría a continuación.
Lo primero que uno siente en cuanto termina de apostar a los números seleccionados y la bola comienza a rodar en torno a la ruleta es una extraña mezcla de sensaciones…por un lado piensas y crees que posees muchas posibilidades de ganar ya que si eres inteligente habrás distribuido las apuestas de modo que sea más sencillo que aciertes. Pero al mismo tiempo una sensación de incertidumbre y pesimismo embarga tu mente ante la posibilidad evidente de que la bola caiga en algún número al cual no apostaste nada. Tal vez esto último ocurre por el miedo, el miedo a perder todo lo que posees, y no se trata en concreto del miedo sino de saber que no eres tú quien controla lo que pasará al contrario que debes atenerte y estar preparado para lo que llegue, ahí está la clave. Sin embargo en estos casos sueles tener más posibilidades de perder que de ganar ya que estos juegos de azar están diseñados para cumplir con esta dinámica concreta y de ese modo ser rentables para el propietario de la maquina.
Además aunque no nos demos cuenta estos juegos nos introducen de manera inconsciente una idea subliminal, debido a que una vez que conseguimos ganar cierta cantidad de dinero olvidamos todo aquello que anteriormente perdimos y nos vemos inducidos a seguir jugando como consecuencia del pensamiento generado a raíz de esta última victoria sin tener en cuenta las circunstancias que nos pueden acaecer.
Sinceramente perdí todo aquello que jugué, esto me supuso una sumisión profunda en una reflexión continua acerca de la moralidad de mis actos. ¿Es moral apostar un dinero ganado a base de trabajar a un juego que se basa totalmente en el azar puro y que como bien sabes de antemano tienes muchas más posibilidades de perder que de ganar algo?. Llegué a lo conclusión de que era algo totalmente inmoral desde mi punto de vista, no creo que sea correcto jugar con algo tan incierto como el azar para comprobar si tus esfuerzos se van a pique de manera irremediable y en tan sólo unos segundos. Hay dos posibilidades para explicar este hecho, o no le atribuyes un suficiente valor a tu trabajo y por lo tanto no consideras  este tan importante o quizás deseas poner todo aquello que posees en tu vida al servicio del riesgo… si esta última opción es la que tomas debo advertirte de algo; esta vida si la basas en el riesgo tienes al igual que en los juegos de azar muchas más posibilidades de perder que de salir ganando.
Trasponiendo el caso de los juegos de azar a la vida misma me di cuenta de que cada uno de nosotros está expuesto constantemente a una sucesión de eventualidades sobre las cuales no podemos ejercer influencia ninguna ni para bien ni para mal. “Donde está la muerte no estoy yo; donde estoy yo, la muerte no está” , esta frase pronunciada por Epicuro resume de manera perfecta lo que pienso… si bien es como he dicho anteriormente que la vida se basa en un cúmulo de circunstancias que no se pueden controlar, tan bien es cierto que mientras vives significa que estas circunstancias que te atañen no se han distribuido de manera correcta para quitarte la vida. Podemos influir en cierta manera en diversos aspectos para al igual que con los juegos de azar aumentar las posibilidades de acierto.Ttodo el tiempo que vivas simboliza un acierto sucesivo que solo se verá truncado cuando la muerte llegue; fallarás, y no es algo que se pueda remediar, al contrario es ley de vida, el fallo forma parte de la historia de la humanidad y siempre deberemos convivir con él, lo único que nos queda es intentar reducir las posibilidades del fallo al mínimo sin olvidar que tenemos una obligación con nosotros mismo de disfrutar todo el tiempo que estemos acertando, porque la experiencia de vivir se vive una vez y es menester exprimir este éxito al máximo.

lunes, 18 de febrero de 2013

Experimento Mental


SALVIATI Y SU BARCO

El experimento mental que he decidido llevar a cabo es el de ``Salviati y su barco´´.  Fue realizado por el erudito Galileo Galilei el cual planteó este problema para poder de ese modo enfrentar la afirmación ptolemaica que defendía a que la Tierra se encontraba en el centro del universo porque no existía otra opción debido a que si todos los cuerpos caen hacia el centro del universo, y como queda reflejado cuando lanzamos algo el objeto cae de nuevo hacia la Tierra, esta debía ser el centro. Además atacaba a la misma vez la idea de reposo en la cual se veía sumida la Tierra según Ptolomeo.
Para ello mediante el experimento pone de manifiesto que todos los objetos cuando se encuentran sometidos a un movimiento ya sea uniforme o sea acelerado si no tienen ningún punto referencial con el que comparar ese movimiento no sabrán nunca en realidad si están desplazándose o no. Esto forma parte de una teoría a la cual Albert Einstein mucho más tarde dotará de nombre denominándola ``movimiento relativo´´. Y es que un objeto nunca puede saber si se encuentra en desplazamiento o no a no ser que posea algún punto referencial con el que comparar ese movimiento . También consigue con este experimento desmentir el axioma propuesto por Aristóteles del ``reposo absoluto´´ ensalzaba que un cuerpo se movería cuando se le aplicara una fuerza constante… en el momento en la que esta desapareciera el movimiento del objeto desaparecería de manera inmediata, cosa que no es cierta como muestra posteriormente la teoría del ``movimiento uniforme´´ que es capaz de demostrar que si el movimiento de un objeto no sufre ninguna interferencia el movimiento eternamente se mostrará constante.
En el experimento mental Galileo ejemplifica todo esto mediante un el movimiento que sufre un barco y la percepción e influencia que tiene este movimiento en los objetos que se encuentran en un camarote interior del barco. Ellos como he mencionado anteriormente no son capaces de saber que están moviéndose, aunque cada uno de los cuerpos posee la misma velocidad que el barco mantiene. Es decir, mediante una especie de metáfora trata de trasponer lo que acontece con el movimiento de rotación en la Tierra al movimiento del barco… por esa razón para nosotros poder darnos cuenta de que la Tierra se mueve hay que buscar referencias en el universo que se muevan en un campo gravitatorio en el cual no ejerza sobre ningún tipo de control la Tierra para así percibir que rotamos.
El experimento mental de Salviati y su barco me ha impresionado bastante porque aunque poseía ciertos conocimientos previos con respecto a los temas físicos relacionados con el movimientos gracias a las lecciones de física recibidas en la E.S.O. la realización del mismo me ha ayudado a profundizar más si cabe en las diversas teorías que a lo largo de la historia se han planteado acerca de cómo es la manera de moverse de un objeto, el papel que juega la Tierra en el movimiento de los objetos que están influidos por su campo gravitatorio así como la importancia de poseer un punto de referencia para poder saber si una acción es diferente a lo acontecido hasta el momento. De esa manera he conseguido reconducir ciertas creencias que poseía en cuanto a la manera de comportarse en muchas ocasiones de las cosas que veía. Pero lo que más satisfacción me da después de esta lectura tan provechosa en cuanto a conocimientos es que me levanté sabiendo menos en comparación a lo que ahora sé acerca del mundo en el que vivo y eso me produce sentir un enorme gozo.

sábado, 9 de febrero de 2013

Resumen de los Sentidos






GUSTO Y OLFATO

El gusto y el olfato son dos sentidos que se encuentran muy vinculados entre sí. Los receptores que posee cada uno para captar los estímulos que provienen del exterior son: el epiterio olfativo en el caso del olfato, y la lengua en el sentido del gusto. Además hay que añadir que son los únicos que obtienen la información a través de moléculas químicas por eso se les denomina sentidos químicos. 
Tanto el gusto como el olfato nos sirven de guía para saber que es lo que nos puede sentar mal o bien... en el caso del gusto por ejemplo, de chicos apreciamos los alimentos ricos en azúcares y grasas mientras que rechazamos aquellos ácidos...por otro lado en el sentido del olfato nos pone alerta ante olores con alto contenido de azufre que suelen poder poner en riesgo nuestra salud.
La experiencia es un componente fundamental a la hora de saborear y de oler una sustancia ya que influye de manera directa en la forma de valorar ese estímulo. No obstante a la hora de interpretar algo también intervienen otros componentes como la cultura, que condicionan enormemente la captación de un sensación. La cultura en parte te enseña que está bien y debe ser apreciado y que debe ser rechazado.
Como podéis imaginar la realidad tan amplia que se nos presenta y  con la cual debemos de convivir día sí y día también nos condicionan nuestros sentidos lo que repercute al mismo tiempo en la forma de percibir que nuestros sentidos llevan a cabo.

Realizado por: Ignacio Chorro y Pablo Terrada


sábado, 2 de febrero de 2013





Apuntes Vídeos de Sentidos


Olfato

Se nos presenta en el vídeo el olfato como una especie de guía de la vida ante los diversos peligros que esta nos presenta. Nos muestran como la mayoría de los olores los cuales nosotros tachamos como repugnantes comparten un mismo componente: el azufre. Además nos enseñan como cada persona puede reaccionar de una manera diferente ante un mismo olor, ¿la causa?... las experiencias de las personas, uno aprende a oler conforme van pasando los años. Es por ello que la valoración de los olores aumenta de manera gradual según va pasando el tiempo. Se podría decir que el olfato es el sentido que guarda una relación más directa con las emociones, ya que posee canalizaciones tanto con el lóbulo frontal que tiene la tarea de interpreta el olor que alguien percata y el sistema límbico cuya función se reduce a la valoración del olor en sí. Por último cabe subrayar que tal vez el olfato haya sido el sentido que el ser humano ha sacrificado más en su proceso de evolución debido a que nuestra actual posición erecta nos priva en multitud de ocasiones de captar con nitidez muchos olores que se encuentran en las zonas de aire más colindantes al suelo.


Gusto

El sentido del gusto nos sirve de instrumento para saber que es lo que debemos comer cuando aún no tenemos la suficiente conciencia de la mayoría de los alimentos. Por ejemplo las grasas y azúcares nos saben bien porque resultan saludables para nuestro cuerpo mientras que los alimentos ácidos nos producen una animadversión que nos indica que no es recomendable su ingestión. También encontramos una relación entre los sabores y su condicionamiento debido a la cultura en las que nos desenvolvamos... podemos aprender a que nos guste algo tan solo por las circunstancias en la que nos encontramos envueltos. Hay que mencionar que el ser humano tienes el sentido del gusto con mayor adaptabilidad del mundo animal por diversos factores algunos de ellos mencionados anteriormente. Además al igual que nos pasa con el olfato el sabor de algo depende en muchas ocasiones de las experiencias vividas por las personas. Recientemente se ha descubierto un tipo de individuos llamados supercatadores los cuales son más sensibles a los diferentes alimentos por contener una mayor concentración de receptores en la lengua. 

Existe una estrecha relación entre el sentido del olfato y el gusto.


OÍDO

Si nos paramos a pensar en los diferentes sentidos que tenemos, lo más seguro es que el oído sea el que más nos condicionen nuestra manera de ver el mundo, ya que según lo que escuchemos percibimos la atmósfera de una manera u de otra. Para poder prevenir cualquier riesgo que nos acontezca el oído es el único sentido que se mantiene alerta a pesar de que estemos durmiendo, por si algún peligro acecha poder advertirlo de manera instantánea. Escuchamos diferentes timbres de voz y gracias a los diferentes timbres que somos capaces de captar y a la cultura somos capaces de atribuir connotaciones sexuales a las diferentes voces que oímos. No obstante no es lo único sorprendente, según el ritmo que escuchemos este nos puede producir una emoción diferente, un cambio de ritmo nos puede hacer viajar rápidamente de un estado mental a otro casi sin darnos cuenta. Encontramos un claro ejemplo de esto último en la publicidad la cual basa mucha de sus técnicas en las diferentes formas que tenemos de valorar aquello que escuchamos y como esta valoración puede actuar sobre nuestro comportamiento frente a un producto.


TACTO

El tacto se caracteriza porque a diferencia de los otros sentidos que están localizados en una zona concreta del cuerpo, el tacto se encuentra repartido por todo este. Aunque como acabo de decir se sitúa por todo el cuerpo, la sensibilidad según la zona que toquemos es diferente ya que existen lugares del cuerpo con mayor sensibilidad que otros, caso de el glande o el clítoris (lugares con mucha sensibilidad), mientras que por otro lado puede estar la zona del codo (lugar con muy poca sensibilidad), esta sensibilidad se encuentra representada en el cerebro en mayor o menor medida por la zona cortical. La intensidad del dolor que nos puede producir algo viene determinada además de por la zona donde este aparezca por condicionante psicológicos que actúen en mayor o menor medida acentuándolo o reduciéndolo. Se ha demostrado también que el roce de diferentes cosas frente al tacto puede provocar cambios químicos en el organismo de un individuo.


VISTA

La vista en el ser humano es el sentido que más predomina, ya que la mayoría de la información que recibimos de la realidad procede de este sentido. Es por ello que la vista es el sentido con mayor números de conexiones hacia el cerebro por la enorme cantidad de información que tiene que traspasar por esos canales. La gente tiende a confundir mirar con ver, y no es lo mismo, ver es el procedimiento por el cual uno es capaz de percibir lo que esta mirando. Otra función importante de la vista se encuentra en su relación con las neuronas espejos, ya que son las responsables de su activación. La neuronas espejos nos sirven para desarrollar lo que los humanos denominamos empatía.